Cuando comenzaron a surgir los primeros aparatos de radios en la Argentina, hace más de un siglo, también surgió la necesidad de técnicos que entendieran las nuevas tecnologías que tendrían tanto impacto en la sociedad. Muchos eran los que estaban experimentando en todo el mundo y nuestro país no era la excepción. En el norte de la Patagonia, los entusiastas por entender las radios a válvulas y más tarde la televisión, se las ingeniaron para, incluso, construir aparatos receptores desde cero. Las primeras radios de frecuencia modulada fueron diseñadas en base a revistas españolas y hoy en día son las escuelas técnicas y las universidades quienes forman a los nuevos técnicos.
Autor: Mg. Marcelo Fabian Miranda mirandamarcelofabian@gmail.com
Uno de los precursores de la primera transmisión de radio en la Argentina, Enrique Susini, era un médico del Ejército Argentino que se interesaba por estas nuevas formas de comunicación. En una comisión de trabajo en Europa, para investigar los efectos de los gases venenosos que se utilizaron durante la primera guerra mundial, se hizo de un equipo de radio, rezago militar, ingresando al país bajo un largo sobre todo que él utilizaba.
A principios de la década del 30, del siglo pasado, se fueron incorporando a la educación formal opciones de capacitación como las escuelas técnicas y cursos especializados, como las Escuelas Técnicas Nacionales (ETN) y las escuelas Raggio en Buenos Aires, donde se impartía formación en electrónica, electricidad y radio. También existían cursos específicos sobre radioelectricidad, muchas veces orientados a la reparación.
Para los que estaban alejados de las granes urbes, como los habitantes del norte de la Patagonia las opciones pasaban por acceder a algunas editoriales, como CEAC o Kapelusz, que ofrecían cursos por correspondencia en «radio y televisión». La formación práctica era clave: se enseñaba a identificar válvulas, resistencias, capacitores, transformadores, entre otros componentes.
Muchos optaron por realizar una formación autodidacta y compraban manuales, revistas especializadas (como Revista Lúpin, Radio Mundo o Técnica y Mecánica Popular) y estudiaban esquemas de circuitos. Las revistas técnicas incluían diagramas, artículos de reparación y novedades de la industria electrónica. También circulaban manuales de servicio con esquemas de radios y Televison.
En los inicios, los técnicos de radio eran figuras multifacéticas, a menudo con conocimientos de electrónica y electricidad. Debían encargarse de la instalación, operación y mantenimiento de los equipos de transmisión, que en esa época eran rudimentarios y requerían mucha dedicación.
Otra vía común era el aprendizaje como aprendices en talleres de reparación. Jóvenes empezaban ayudando a técnicos experimentados y aprendían de forma práctica. Reparaban radios a válvulas, luego televisores (desde fines de los 50). En esas instancias aprendían a usar herramientas como el tester, soldador y generador de señales.
Algunos técnicos se formaban en el servicio militar, donde había formación técnica en electrónica. Otros aprendían en empresas como Philco, RCA, Siemens, Telefunken o Noblex, que tenían programas internos de capacitación.
En las zona del Alto Valle se seguía con gran interés los avances tecnològicos, primero de la radio y luego de la televisión. Si bien la primera emisora fue fundada en los años 40 en Neuquén capital (LU 5), desde los primeros los años 20 los valletanos se las ingeniaban para escuchar las radios de Buenos Aires. Un ejemplo claro es el receptor de radio que fabricaron los vecinos de Roca Miguel Ballada y Jorge Martínez donde escucharon la transmisión del la pelea de boxeo entre Miguel Ángel Firpo y Jack Dempsey el 14 de septiembre de 1923.
Roberto Concetti fue un egresado de la escuela técnica donde, incluso, había un radio emisor donde pudo experimentar sus primeros contactos como radio aficionado. Fue Concetti, junto a “Cholo” Miranda, que construyeron una radio, en los años 50, con la que pudieron comunicarse con centro América. Concetti también fue artífice de gran parte de la asistencia técnica para la cobertura periodística de las distintas ediciones de la prueba de automovilismo Vuelta Nacional de la Manzana, que a 2025 llevaba 54 años de realizarse.
Los comienzo de Canal 10 de General Roca, en 1981, estuvieron marcado por el ingreso de estudiantes de la escuela técnica CET 1 como asistentes de los técnicos que instalaron los nuevos equipos. Igual situación fue cuando comenzaron los trabajos para que funcionara el sistema de televisión cerrada de Cable Visión del Comahue donde la mayoría del personal estaba conformado por estudiantes de sexto año de la escuela técnica.
“Lo que nos salvaba eran los manuales” afirma Sebastián Salicioni, que desde muy joven comenzó a incursionar como técnico en medios radiales y televisivos del Alto Valle. Si bien su formación fue en electromecánica, en una escuela técnica de San Luis, desde muy temprana edad construyó su propio radio receptor en base a revistas que venían desde España. Sebastián actualmente es quien realiza el mantenimiento de los equipos de Canal 10 de Roca y las radios LU 19 de Cipolleti, la AM de Sierra Colorada y participó en la instalación de otras emisoras como las repetidoras de radio María, de la Iglesia Católica y AM la Carretera, de Allen.
Los primeros técnicos del norte de la Patagonia fueron autodidactas hasta que la educación formal en las escuelas técnicas posibilitó que el aprendizaje en lo que respecta a las tecnologías de radio y televisión, fueron más accesibles. Las primeras experiencias eran las construcciones de radios a válvulas, con muy pocos instrumentales y era tan artesanal que incluso se hacían las cajas de madera donde se instalaban los equipos. Hubo muchos técnicos que reparaban los aparatos de sus vecinos, como el caso de José Álvarez, en Juan José Gómez, y quedan muchos por mencionar que incursionaron en este rubro. Con mucha persistencia lograron dominar estas tecnologías, y posibilitaron que los valletanos pudieran estar conectados con el mundo.
